martes, 17 de enero de 2012

¿Y si metes la pata en Twitter?

A todos nos ha pasado alguna vez. Estamos usando la cuenta de trabajo y enviamos un tweet privado. O queremos mandar un DM y escribimos un mensaje público. Bueno, si no hemos escrito nada confidencial u ofensivo no hay ningún problema, pero esto puede cambiar cuando el contenido o el tono del mensaje no es el esperado.


Esto es lo que ha ocurrido el pasado 15 de enero con la cuenta oficial del Partido Socialista de España (@PSOE), cuando publicaron el siguiente tweet:
Con una candidata podemos ir a peor. Y con el otro no vamos a ninguna parte. ¿Qué ha pasado con la cantera?

A continuación borraron el mensaje anterior y enviaron un nuevo mensaje con el texto:
Evidentemente algún gracios@ con poca gracia ha hackeado esta cuenta para atacar al PSOE. Aquí seguimos. Un abrazo y gracias a todo@s.

Errores de este tipo han ocurrido numerosas veces -todos recordamos el desafortunado comentario del cantante David Bisbal (@davidbisbal) acerca de las revueltas en Egipto- y seguirán ocurriendo en el futuro.

Pero, ¿cómo actuar en estos casos?

Negarlo no suele ser la mejor opción. Borrar el tweet desafortunado y negar la acción (o achacarlo a un hackeo, como es el caso arriba expuesto) suele generar desconfianza porque el tweet habrá sido visto y retuiteado numerosas veces y además te verás obligado a dar numerosas explicaciones adicionales.

Normalmente el comportamiento adecuado es reconocer abiertamente el error, explicarlo, y con el mejor humor posible pedir disculpas. A partir de aquí podrás olvidarte del tema y prestar mucha más atención para que en el futuro no vuelva a repetirse una situación similar.

Sugerencia: Si usas cuentas profesionales y privadas, emplea un programa diferente para cada una de ellas; de esta forma las posibilidades de equivocarse de cuenta son mucho menores.

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